La trampa del dinero

* Gracias a un comentario de Alejandro Martinez a mi publicación de «lo que aprendí en los primeros 40«, decidí dedicar el primer artículo de cada mes a profundizar cada uno de los puntos, y este es el primero.

Tuve la enorme fortuna de nacer y crecer en un hogar sin necesidades pero sin excesos.

Mi papá, un hombre de origen humilde, logró su título profesional casi a sus 40 años y gracias a él un trabajo como contador público que le permitió tener una buena vida, mi mamá, cómo se acostumbraba mucho en la época, se dedicó a las duras y poco agradecidas labores del hogar.

Desde pequeño aprendí que sí quería algo, debía ganárlo: estudiando, portándome bien, etc…

Crecí en una sociedad en la que se le da muchísima importancia a las posesiones materiales, incluso al punto de validar a una persona por lo que tiene más que por lo que es.

Recibí de mi papá y mi mamá, una educación que me llevó primero al San Bartolo y luego a la Javeriana y de la que gracias a ellos, no me quedaron deudas.

Conseguí mi primer y único trabajo como desarrollador web y luego como especialista en SEO con Alex Torrenegra.

Gracias al reto de Alex de trabajar bajo un esquema de comisiones por tráfico, logré incrementar mis ingresos y tener una vida bastante cómoda para la época (Y más teniendo en cuenta que vivía con mi papá y mi mamá y mis costos fijos eran mínimos).

Gracias a mis ahorros y a Couchsurfing, tuve la oportunidad de tomarme un año sabático en 2008 e irme a rodar por el mundo de sofá en sofá. Volví a mi casa con $70.000 COP (Unos 20 USD) en la cuenta, listo para comenzar de ceros y muy feliz.

En este punto de mi vida y con la cuenta casi vacía, conocí a Karen, la mejor compañera que la vida pudo darme.

Tuve la enorme fortuna de poderme independizar en el 2011 y dedicarme desde entonces a lo que más me gusta hacer: Entrenamientos y Asesorías en Marketing Digital. Algo parecido logramos con KarenLangebeck.com y desde entonces, en esta casa, la terapia de pareja y el marketing digital van de la mano. 😍

En 2012, después de independizarnos y como si no tuvieramos suficientes retos, decidimos casarnos y mudarnos a un mejor apartamento (¡Que año!).

Nuestros primeros años de casados e independientes fueron… digamos… MUY retadores… Trabajamos durísimo para salir a flote. Fueron años de aprendizajes ENORMES.

El negocio de Karen fue el que nos dió flujo de caja al comienzo, el mio se tardaba un poco más y los ciclos de pago a 60, 90 y hasta 180 días (Con los que nunca estuve de acuerdo) hicieron que para mi salir a flote fuera empezar a flotar entre el hueco de una factura atrasada y el pago de una muy muy atrasada (Hubo incluso un par que me pagaron 1 año después).

Un día, logramos nivelar nuestros ingresos y gastos y nos empezó a quedar un poco de dinero con el que empezamos a viajar.

Empezamos con el ciclo habitual de mejorar nuestro carro, mudarnos a un mejor apartamento (Bastante más grande que el anterior).

En mi vida como trabajador independiente logré identificar varios hitos importantes relacionados con los ingresos:

  1. El momento en el que logré vivir de mi labor
  2. El momento en que logré el equivalente al salario que me pagarían en una empresa
  3. El momento en que sólo me emplearía por una suma considerable de dinero
  4. El momento en que no me emplearía por ninguna suma de dinero

Justo en el momento en que empezabamos a sentirnos un poco atrapados en ese ciclo de crecimiento (Ganar más, gastar más), y gracias a los viajes, empezamos a sentir que las posesiones materiales no eran nuestro principal objetivo. Empezamos a descubrir que no necesariamente los restaurante más costosos eran los mejores.

Y en 2020, con todo lo duro de la pandemía, gracias a la versión virtual de mi TácticoMD, logramos terminar de pagar nuestro apartamento (¡En 4 años!) y saldar todas nuestras deudas (¡Que sensación maravillosa! 🤩).

La pandemia también nos trajo una oportunidad única en la vida: Mi trabajo, terminó de virtualizarse (Ya venía en proceso) y el de Karen (después de varios intentos fallidos) finalmente se virtualizó.

Y fue así como una tarde/noche de septiembre, en una de nuestras conversaciones existenciales, nos dimos cuenta que nuestro apartamento nos había quedado grande (Usualmente es al revés 😜) y decidimos tomar acción. Era el momento de contraernos y aprovechar el movimiento para viajar más ligeros (En todos los sentidos de la palabra).

Fué así como guardamos algunas cosas, regalamos otras, apadrinamos/amadrinamos algunas otras y en mayo de 2021, con sólo 2 maletas, arrancamos este nuevo estilo de vida que llaman Nómada Digital.

Después de varios tropiezos y aprendizajes, ahora pasamos nuestras semanas en algun lugar con internet estable (Es el único requrimiento indispensable), trabajando de lunes a jueves, y aprovechamos las mañanas, los medio días, las noches y el fin de semana para conocer, disfrutar de los lugares y movernos a otro lugar.

Después de ya casi 1 año de haber arrancado, la sensación es de una felicidad que no nos cabe en el cuerpo, en realidad estamos muy muy felices.

Cada vez siento con más fuerza ese pensamiento que empezó a gestarse hace varios años…

Mi objetivo último (Económicamente) nunca ha sido acumular dinero en una cuenta bancaria, sino contar con una fuente de ingresos que me permita tener el estilo de vida que he querido tener y poder olvidarme / despreocuparme del dinero.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *